Son los mismos que entregaron mansamente nuestras riquezas dejando al pueblo a merced de los grandes intereses que no dudaron en esquilmar al estado en beneficio de unos pocos.
Hoy se muestran sin caretas, ya no tienen vergüenza y salen a la luz sin pudor, no tienen opción, están desesperados.
Sus patrones los apuran y ellos solo atinan a suplicar algún tiempo para acomodarse. Apuestan a algún fracaso transitorio en el congreso para mostrarse en los medios y destilar su odio, la única forma de hacer política que tienen.
Pero su mejor atributo es arrodillarse.
Primero lo hicieron con la famosa 125, desplegaron su histrionismo frente a las cámaras que transmitían en directo las 24 horas. Se los veía exultantes entre tanto alboroto mediático.
Defendían las patronales del campo como si fuesen de ellos los millones de Dólares que estaban en juego, los eunucos solían dar la vida por sus amos.
Luego se arrodillaron sin pudor para defender la iglesia de Bergoglio en contra del matrimonio entre personas del mismo sexo. En esta oportunidad, pese que era la guerra de Dios, perdieron. Perdió Dios la guerra y ellos la dignidad ya que siguieron de rodillas.
Fueron en esta posición a ver a su amo, el dueño del monopolio mediático.
Con una comida y algunos retos salieron con la cabeza gacha explicando lo inexplicable, parecían tener vergüenza.
Siguen de rodillas defendiendo un negocio que chorrea sangre por donde se lo mire, no importa, el amo ordenó su defensa y Carrió salió desesperada a poner el pecho, “Clarín es la patria”, dijo.
Hoy siguen de rodillas frente a los poderosos Señores. Esperan órdenes, como perros hambrientos esperan por un hueso.
Si lograran recibir ese mendrugo y arrodillados frente a ellos; ¿Qué mas harían para congraciarse?.........................
Pensé lo mismo.
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