Levedad. Liviandad. Sin peso , casi. Como mínimas plumas de pichones que las suaves brisas de primavera roban de los nidos de los gorriones.
Levedad intelectual, levedad de convicciones, levedad de ideas. En un juego dialectico podríamos hablar del poder de las ideas o de la fuerza de las convicciones o del peso del intelecto.
Podríamos jugar con las palabras y encontrar explicaciones para cada acto u omisión. Hay especialistas en semántica que trabajan a destajo en los medios del monopolio, disimulando la realidad hasta amoldarla a las distintas conveniencias, todo depende de la paga del cliente o de lo que se pretenda, pero la única verdad es la realidad. Esto nos exime de análisis profundos. La realidad no se puede disimular con explicaciones de ocasión sin generar el costo de la mentira.
Padecemos la levedad intelectua del macrismol ; esa que vemos, sintiendo vergüenza ajena, cuando al jefe de gobierno le soplan al oído las respuestas ante una pregunta sin demasiada complicación echa por un notero en la calle. O cuando sistematicamente se niega a debates sobre acción de gobierno con otros políticos,todos de mayor talla. Cualquiera que sea. O cuando rehuye una respuesta con una sonrisa o un chiste, lo que denuncia su desconocimiento del tema.
Padecemos su levedad de ideas; esa que sufrimos cuando vemos una infinita línea amarilla muerta junto al cordón de la vereda. Trayecto desierto, si no fuese por algún coche “mal” estacionado sobre la misma y que lleva el presuntuoso nombre de bicisenda. Levedad de ideas al enmarcar la vocación de libertad de los que elijen la bicicleta como medio de locomoción, intentando convertir a los ciclistas en líneas de colectivos, obligandolos a un recorrido prefijado sobre un escritorio.
Levedad de convicciones; al vetar la ley que prohibe la venta de medicamentos en comercios, favoreciendo a los lobbystas de los laboratorios. O vetando la ley de gratuidad de los teléfonos de emergencias, favoreciendo a las compañías de celulares. O la ley que proponía un fondo para la restitución de los niños desaparecidos o nacidos en cautiverio , fvoreciendo a los genocidas y sus cómplices civiles.
Podríamos decir que estas medidas y muchas otras , como así también los vetos, son producto de la insoportable levedad del macrismo. Podríamos decir que responden a fuertes ideales que se basan en una sociedad para pocos donde no hay lugar para los que menos tienen. Podríamos decir que hay convicciones de peso para castigar a “trapitos”, vendedores ambulantes, músicos callejeros, limpiavidrios y tantas otras víctimas del neoliberalismo que haya quedado fuera del circuito del trabajo formal.
También podríamos decir que el peso del intelecto no es importante ya que los grandes grupos de poder gobiernan por ellos.
Podríamos decir que de ahí nace la insoportable levedad el macrismo………
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