Agradezco al diario Tiempo Argentino por compartir mis pareceres con todos sus lectores.
ÁNGELES Y DEMONIOS.
Asesinaron a una niña llamada Ángeles y la maquinaria perversa al servicio de la información se abalanza sobre la tragedia, fauces hambrientas de sensacionalismo devoran la objetividad y comienza un relato en forma de grotesco.
Están al acecho, son un ejército de noteros armados con micrófonos, reflectores, cámaras y desvergüenza. Hacen guardia todo el tiempo a la espera de la victima de su acoso. Puede ser un vecino cualquiera, alguien que se olvidó de hacer una compra o tiene que hacer una diligencia. Un familiar o un delivery les da igual; producen un remolino similar al festín de los buitres sobre una presa inerte. Hacen preguntas repetidas hasta el cansancio. Cada familiar, cada transeúnte, debe responder si considera al portero inocente, si alguna vez lo vio en algo raro o si hace mucho que lo conocen. Las respuestas son arrancadas a personas atribuladas, sorprendidas y sin más información que la que repiten de manera desaforada todos los canales de televisión.
Primero lo achacaron a la inseguridad intentando culpar al gobierno, luego se sembró la sospecha sobre el padrastro de la víctima. Los gestos, la cara, el histrionismo al expresarse casi lo condenan; ante el escarnio a que era sometido desapareció de la vista del "periodismo independiente".
Sin escalas y a medida que la causa avanza se especula con un crimen sexual para estimular el morbo de las masas, eso paga bien.
Es un espectáculo dantesco, casi bizarro; es un show patético a expensas de una niña asesinada, es la farandulizaciòn del horror. Una criatura muerta en un hecho sombrío, una familia de duelo y un pueblo apesadumbrado merecen otro periodismo.
Es casi un reality show si no fuese la cruel realidad que nos avergüenza y nos muestra la cara más siniestra del periodismo amarillo.
Otra vulgaridad con pretensiones de "Periodismo de Investigación" se da en programas "especiales", con paneles de opinólogos en fútbol, economía, política nacional e internacional y criminalística. Todo al mismo precio, depende del tema tratado. Los gestos son adustos, solemnes, y la pelea por el minuto de fama es feroz. Todos hablan al mismo tiempo, todos son especialistas, todos son expertos en criminología. En otros horarios hablaran sobre chimentos del espectáculo o el ritmo de la economía en Singapur. Es igual, son todo terreno.
La niña asesinada no cuenta, estremece y ofende a la inteligencia ver personajes de baja monta balbucear un relato sobre el padrastro, el portero, el ADN o las sogas. Se muestran fotos escabrosas, vergonzantes, y se piden las disculpas de rigor, dejando al desnudo la hipocresía del monopolio mediático y sus amanuenses.
Ángeles ya no cuenta, vale el rating, el show. La teoría de los dos demonios queda demostrada; uno es los genocidios, el otro es la prensa.
Ángeles era eso, lo que su nombre representa. Tenia la frescura de los ángeles que Miguel Ángel plasmó en la bóveda de la Capilla Sixtina, estará junto a Dios, para consuelo de aquellos que profesan el Catolicismo.
Alguien le arrebato la vida y la justicia es la responsable de averiguar el porque de tanta monstruosidad y su responsable.
Los argentinos seguiremos asistiendo a una exhibición que pisotea la maltrecha ética periodística y la falta de respeto por los muertos.
La prensa canalla muestra su verdadera cara; se la ve revolotear sobre los cadáveres tratando de sumar audiencia, sin cuestionarse siquiera si es necesario revolcarse entre tanta sangre para obtener una primicia.
Tal vez llegó el momento en que el demonio mediático saque algún aprendizaje sobre el respeto que nos merecemos ante la noticia de una tragedia y el respeto mayúsculo sobre las víctimas y sus familiares. Esperemos que sea pronto para que los Ángeles descansen en paz.
Ahora dudan de toda la familia porque desapareció, y no entienden porqué, tambien estan agregando que hay un alto funcionario que podria haber sido el autor, porque si no es la inseguridad alguien del gobierno tiene q ser, dan verguenza no tienen cara.
ResponderEliminartal cual, son elementales.
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