Podemos decir, sin
temor a equivocarnos, que las fuerzas retrógradas están militando activamente desde
el discurso mediático opositor para un regreso con gloria.
Podemos afirmar que
ya se eligió al candidato opositor,
capaz de intentar llevar a la argentina al escenario de los años noventa,
candidato que ya recibió el formato desde el cual impondrán las recetas económicas
si no llegase a ganar el kirchnerismo en el 2015.
No hay nada nuevo,
son paradigmas en desuso que se quieren presentar como solución a los grandes
problemas, cuando en realidad fueron los generadores de esos problemas que
hundieron a la argentina en la crisis más tragica de su historia y nos
arrastraron al default más grande del que se tenga memoria en el mundo entero.
Los discursos son
variopintos, cada candidato expresa el suyo cuidando meticulosamente ocultar
las verdaderas intenciones que cargan en sus gastadas mochilas, aunque todos coinciden en oponerse a Cristina,
como les indica el manual del “Político Mediocre”; un tratado nunca publicado que dice que no hay
que decir nada, sobre todo si de ideas o acciones de gobierno se trata.
Lo más extraño
resulta el esfuerzo de la esposa de un ex político que se resiste a la jubilación
de privilegio que disfruta desde hace años; la ex Senadora “Chiche” Duhalde.
Habría que bucear en
aguas muy profundas de la psiquis para adivinar el porqué de semejante suicidio intelectual ante millones
de argentinos que transitamos el siglo veintiuno cuando dio a entender que las mujeres no
están tan capacitadas para la política como los hombres. Palabras más palabras
menos.
No es poca cosa
desconocer las luchas por la liberación femenina, los años de discriminación y
sometimiento ante una sociedad machista; las luchas de millones de mujeres por
lograr la igualdad de género.
Desconocer que hubo
una Alicia Moreau de Justo que batalló por la igualdad de los derechos laborales
de las mujeres respecto a los de los hombres o que logró la aprobación en
diputados de un proyecto de ley de sufragio femenino luego rechazado en
Senadores. Podríamos mencionar a Dolores Ibárruri famosa militante del partido comunista español que inmortalizo
la frase ¿no pasaran! En referencia a las tropas franquistas.
Desconocer, desde el
partido al que dice pertenecer, los
logros de una de las mujeres más importantes de nuestra historia como fue Eva
Duarte. O más cerca en el tiempo, los logros sociales, económicos y culturales
de la estadista más grande que pario nuestra patria, la compañera Cristina
Kirchner.
Deberíamos sumergirnos
muy profundamente en la estima que la hace sentir inferior a su marido o
cualquier otro político mediocre para no sentirse capaz de llevar a cabo una acción
política que la dignifique y que le demuestre que más allá del genero puede
desarrollar una tarea igual o mejor que cualquier hombre.
Tal vez, en mi opinión,
este queriendo profundizar demasiado cuando en realidad de lo que se trata es
de demostrar que las mujeres a las que se refiere es únicamente Cristina
Kirchner. Aun siendo así es vergonzante el argumento. Tal vez esta señora no
tenga más para aportar, pero no sería por una cuestión de género.
Raul Ludueña
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