sábado, 1 de noviembre de 2014

La Historia los està mirando


La historia los mira, con asombro. Está temerosa de lo que los teclados
de hoy puedan contar a las futuras generaciones. Sabe que las plumas
de ayer la deformaron para perpetuar en el bronce a siniestros personajes
portadores de ilustres apellidos.
La historia se estremece cuando mira para atrás y reconoce a cobardes
y traidores inmortalizados como próceres; las plumas mentirosas y
serviles los retrataron como héroes por mezquinos intereses.
 Muchos de esos cipayos viajan a través del tiempo en "figuritas" escolares.
La historia observa desolada como los verdaderos luchadores fueron
degradados y ocultadas sus acciones libertarias, confundiendo por
centurias a las distintas generaciones. Sabe de sus luchas; su
sufrimiento; de sus batallas por la patria en medio de la
incomprensión y las miserias; de la traición; del destierro o la
muerte en lejanos paìses. Son siempre los mismos para ella, cambiaron
por las épocas su ropaje,y sus costumbres. Aunque sus rostros no son
los mismos mantienen el mismo accionar en cuanto a defecciones u
oportunismo barato.
La historia los mira con el desprecio que siente por los hombres sin
honra, sin convicciones, al servicio de amos poderosos que se pasean a
través de los tiempos lucrando con la desgracia de los pueblos; son
fieles perros a la hora de defender las acrecencias del patrón de
turno, pero fieros y salvajes en la pelea. Plumas y teclados son su
guarida y cobijo, quienes relatan los acontecimientos sus mandantes.
Temen al dueño de las palabras.
La historia se sonroja por estos días al ver ciertos actos
vergonzantes que se dan cita en la histórica Plaza de Mayo. Recuerda
acciones heroicas y jornadas memorables de patriotas a los que
pretendieron mancillar las fuerzas de la anti-patria. Es la misma
plaza que supo albergar a la generación del 1800 y sus ansias de
libertad; o las jornadas populares que rescataron al General Perón
para inmortalizarlo entre los grandes protagonistas.
La historia mira incrédula como se rejuntan, en un acto escuálido,
ilustres desvergonzados de nuestra actualidad. Allí están los que se
van suicidando políticamente, lo hacen por cuenta gotas, pero sin
pausa.
La historia está desolada; luego de vivir a través del tiempo jornadas
plenas de heroísmo en nuestras Pampas, la convierten en testigo
obligado del absurdo y el grotesco, perpetrado nuevamente por la gula
de unos pocos. Lo patético se va transformando en natural para un
agónico grupo que ansía el fracaso del gobierno como única propuesta
para un pueblo que no ceja en su lucha hacia la liberación. Los
opositores toman de líder a funestos periodistas y su bastilla es un
monopolio mediático a punto de caer.
La historia siente que el triunfo de las masas está mas cerca;
Yrigoyen, Perón, Evita, Néstor y Cristina marcan el camino.
La historia no permitirá, esta vez, que el relato futuro dependa de
los entregadores de de hoy y de siempre…….

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