sábado, 23 de abril de 2011
CIRCO BEAT...............
CIRCO BEAT.........
de Raul Ludueña
Circo Beat...Circo Beat, canta Fito y la oposición acompaña entonando a coro la canción. Están todos. Los payasos, los malabaristas, el viejo domador de viejos leones casi desdentados, aburridos de repetir una rutina que lleva años, toda una vida fingiendo ferocidad y escuchando los gritos inocentes de chicos asombrados.
Esta la bella dama que cabalga sobre un matungo blanco, los enanos en una mínima bicicleta sin bici senda, el mago de la capa gastada y la galera de la cual salen mansas palomas blancas infectadas con “piojillo”.
No falta la cuerda en lo alto y los equilibristas, abajo la red los preserva de las caídas pese a la seguridad que les brinda una rutina repetida hasta el hartazgo.
El circo esta lleno de personas que mira con indiferencia las rutinas que se repiten, calcadas, a traves de la historia. Quieren ser originales, intentan piruetas nuevas, pero caen siempre en lo mismo y ya se escucha un abucheo que ellos no perciben.
En algún momento se les pidió que se vayan todos. Apenas se escondieron por un rato. El dueño del circo les ordenó volver a la pista y los convenció de la vuelta pese que algunos habían amagado con el retiro.
Estamos en la parte del espectáculo donde demuestran su habilidad para hacer equilibrio. Son muchos y la cuerda no esta tensa, todas la miradas están apuntando hacia ese grupo que causa mas risa que inquietud. Parecen novatos pese a su vejez, algunos fueron cayendo y el público aplaudió, ellos no entendieron bien lo que pasó.
El primero que se vino abajo fue Das Neves, sus compañeros se bajaron presurosos para no pasar vergüenza, ni Solá y De Narváez se quedaron para el aplauso, se volvieron corriendo cuando escucharon los primeros silbidos.
También se bajó Duhalde que intentaba una pirueta cómica, la compartía con Rodríguez Saa. La risa fue creciendo en intensidad y también se bajo, ahora está preparando otro truco entre todos, la gente sonríe.
Alfonsín tenía prevista una rutina con Sanz y Cobos. No contó con el carácter indeciso de Cleto que ni lo intento, Sanz salió disparado y la gente exploto en carcajadas, sus correligionarios le pusieron una coronita y lo proclamaron no se que.
Pino amagaba con las clavas, pero cuando tenía que recorrer la pista se dio cuenta que el publico no lo acompañaba y va a intentar en un club de barrio para tentar suerte con su número, tanto amagar para un lado e ir para otro aburrió a todos.
El imitador está exultante, usa la ropa del padre y eso le permite algunos ahorros, la gente siente ternura por este personaje casi infantil que la gorda mujer barbuda llama, despectivamente, “Ricardito” para "achicarlo" aún mas.
Causa lástima, si no fuera que quiere ser figura central y termina siendo grotesco con su número de imitación.
La mujer barbuda hace un raro espectáculo de adivinación que confunde a los espectadores ya que no saben si es en serio o en chiste. Despierta indiferencia, no recibe un aplauso y se produjeron algunos vómitos por lo desquiciado de sus predicciones.
Hay otra cantidad de payasos que participan en este triste espectáculo que no logra sumar voluntades, los chicos ya participan masivamente en la Cámpora y el circo va quedando vacío.
El dueño no mide gastos a la hora de hacerles prensa, pero el pueblo ya sabe como termina la función cuando los actores son de cuarta. Estos son los viejos participantes de un sainete fuera de época. Pobres integrantes de una murga que quiere volver, después de tantas otras funciones fracasadas…..
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