Soy lo que soy.
Algunos compañeros pretenden desviar el debate sobre un proyecto de país a la vieja controversia sobre si es peronismo o no peronismo.
Acusan al gobierno de Cristina de no ser peronista, de ser montonero y hasta del ultra-gorila concepto que usaron los genocidas: de “zurdos”. Deben suponer que esos adjetivos llenos de impotencia inhiben la enorme gesta del gobierno en favor de los más necesitados y en defensa de nuestro patrimonio.
Sería una tarea inmensa repasar los logros que se sucedieron durante estos diez años y tampoco serviría de mucho para quienes critican lo echo y no lo que falta, como dijo Néstor Kirchner.
Estoy convencido que las mayorías conservadoras de derecha no leyeron a Perón y que su conocimiento acerca del tema llega apenas a las veinte verdades, escuchadas de a ratos en alguna mesa de café.
También tengo el convencimiento que esas minorías que apoyaron a Menem y hoy les da lo mismo Massa, o Macri , pasando por Melconían o Caballo, son los nuevos gorilas; militantes activos del antiperonismo.
Son los que se dicen peronistas pero se opusieron a la recuperación de YPF aduciendo que intervenían capitales extranjeros sin saber que Perón negoció con la Standard Oil por los mismos problemas de auto abastecimiento.
Son los que se dicen peronistas y llaman despectivamente “Planes vagancia” a una medida revolucionaria como es la Asignación por Hijo. Son los que se opusieron a la recuperación de los ahorros de nuestros trabajadores apoyando al monopolio mediático en su defensa de las AFJP.
Son los que se opusieron al desendeudamiento con el FMI argumentando que resultaba caro, como si la sumisión a los capitales especulativos resultara barata a nuestros intereses. Son los mismos que aceptaron mansamente el desguace de Aerolíneas Argentinas y renegaron de nuestro derecho y orgullo a recuperar nuestra aerolínea de bandera poniendola al servicio de la gente y no en beneficio de cuatro delincuentes procesados por estafas en su país de origen.
Hoy la discusión no pasa por ver quién es más peronista, esa porfía queda para los historiadores y como dijo Peròn "somos el pueblo sus herederos" y quienes elegimos a nuestros representantes para que nos conduzcan. Esta sabia decisión del viejo general sirven de suficiente prueba para saber quienes representan al movimiento que el creó y quienes son rechazados por las masas trabajadoras, por mas que intenten mimetizarse con los verdaderos militantes. La polémica pasa por apoyar este proyecto popular, con sus defectos y virtudes, o apoyar el proyecto de los poderes facticos.
Carentes de propuestas conviven radicales, liberales, usureros de las cuevas "blue", voceros de los medios y otras lacras. Todos rejuntados en una oposición amorfa donde recalan resabios del andrajoso pejotismo neoliberal con las patronales del campo, opositores fracasados con ideales retrógrados y monopolios con siniestros intereses. Es un intento por someter al pueblo a las peores recetas económicas que tanto daño causaron.
Se agolpan hambrientos políticos con sus roídas mortajas ideológicas dispuestos a arrodillarse ante los capitales a cambio de un cargo , sin rubor ni memoria.
No me importa si este gobierno es revolucionario, peronista, zurdo o como quieran calificarlo los enmohecidos hombrecillos que nos sumieron en el fracaso y la frustración a través de la historia. Ellos y sus actuales seguidores carecen de convicciones y están llenos de odio.
Los que "disienten" del peronismo y sus acólitos seguidores discuten la historia. Nosotros, junto a las miles de flores nacidas en el jardín kirchnerista, discutimos futuro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario