domingo, 10 de enero de 2016

PARA ENTENDER UN BURRO HAY QUE SER BURRO.

Para entender ciertas acciones hay que pensar como el que las ejecuta. Si alguien responde con una agresión o un insulto a una idea, es porque su umbral de tolerancia al que piensa distinto, es muy bajo. Viçtima de su estrechez intelectual se opone con violencia a lo diferente, a lo que no acepta o no entiende. A lo que se le opone a su creencia.
Voy a intentar, pese a lo dificultoso, acercarme al pensamiento del sector  que observa con alegría la represión sobre de los trabajadores despedidos: son los que pertenecen a una clase social que aplaude las balas de goma, disparadas por “gurkas”, adiestrados para la ocasión.
Es un grupo domesticado por los medios monopólicos que adhiere a la idea que los gerentes de las empresas privadas son  infalibles. Creen que un CEO cualquier  es un hombre incapaz de corromperse o que si es un empresario adinerado no va a “robar”. “No necesita”, suelen repetir mecánicamente.
Son personas que dicen que si un pibe delinque la madre debió quebrarle las piernas para que no salga a hacerlo. O que los empleados públicos no deben tener pertenencia política, salvo que piensen como ellos. Son los que, a la mayor muestra tecnológica de américa la llaman “negrópolis”. O dicen que el gobierno gastó dinero inútilmente “colgando” dos latas de Sardinas en el espacio, siendo que esto nos coloca entre los países privilegiados que fabrica sus propios satélites. Son parte de de ese pensamiento que considera que hay muchas universidades o que los científicos deben ir a lavar platos.
Apelando a esa precaria mirada  voy a inferir que, si hay “ñoquis”, quienes tienen la responsabilidad de velar por el interés común carecen de la capacidad de ponerlos a trabajar.
Si un hospital no funciona, la responsabilidad es del director. Si hay delincuencia los responsables son los comisarios y quien los comanda. Si un chico roba sus padres son los responsables. Siguiendo este razonamiento simplista debo suponer que los funcionarios elegidos son incapaces de terminar con los que cobran sin realizar  tarea alguna.
Apelaron al despido y la violencia como forma de solucionar un problema, castigando a justos y pecadores, sin tomarse el trabajo de disociar entre buenos y “ñoquis”.
No me asombra la ejecución sumarísima de los más débiles, es fácil. No actúan asi sobre los evasores que tienen cuentas en paraísos fiscales;  lavadores de dinero a través del HSBC;  grandes contrabandistas o sectores que explotan los campos con mano de obra en negro o infantil. Sobre ellos no hay castigos, no se atreven.
Resumiendo: si hay “ñoquis” deberían comenzar por despedir a quienes tienen la obligación de hacerlos trabajar: sean estos jefes, funcionarios de alto rango o María Eugenia Vidal, si fuese necesario. Los trabajadores en última instancia, si se demuestra que no tenían un quehacer específico.
Ah, con respeto a los fugados debo decir que me da lo mismo, no cambia la realidad de mi país que un asesino hayan sido recapturado o siga el corso. En últimainstancia el mérito fue de la gestión anterior, que los encarcelo. Este gobierno permitió la fuga, atraparlos es su responsabilidad, como mínimo. Lo raro seria que no lo logre.
Si pensamos un poco vemos que  tampoco le molestan los criminales sueltos,  ellos querían a Videla libre.

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