LA REALIDAD DE LOS ILUSOS

LA REALIDAD DE LOS ILUSOS.
Raul Ludueña

La realidad es una construcción subjetiva que cada uno de nosotros va formando través de la información que nos llega de los medios de comunicación. Podemos agregar nuestra historia, nuestra impronta, que actuarán como una esponja para reforzar nuestras convicciones o pareceres, sobre hechos y acontecimientos.
Nietzsche decía que quien tiene el discurso tiene el poder; el discurso dominante lo tienen los medios masivos de comunicación. Cuanto mayor sea su estructura mayor será su poder de operar sobre la construcción social de la realidad.
Es evidente que Clarín y sus repetidoras tienen una intencionalidad al contarnos lo que sucede en el mundo; cuando comparamos las noticias con otros medios vemos como se distorsiona y manipula cada acontecimiento. Son los dueños de las palabras, de ahí la denodada lucha por no aceptar una ley que viene a democratizarla.
Para que este generador de espejismos funcione debe contar con periodistas adiestrados. Tipos capaces de mentir con naturalidad, al decir de Serrat.
Aun así, a estos personajes hay que legitimarlos, ya que en las mayorías funciona el "principio de autoridad" por el cual para tener credibilidad hay que ser una persona proba, un "hombre de bien". Con el cuento de "periodismo independiente" resuelven esa cuestión, inventando una imagen sin máculas de los mismos . Con un mínimo esfuerzo parecen creíbles.
¿Como juega todo esto en los candidatos de la oposición y sus seguidores?
En ellos trabajan sobre la ilusión. Todos quieren el sillón de Rivadavia, se imaginan vivados por millares de ciudadanos, aplaudidos y adulados por familiares y amigos, fotografiados junto a los principales líderes del mundo y haciendo generosos negocios con los verdaderos dueños del poder, de quienes recibirán las órdenes.
Esta ilusión está disociada de la realidad, es un deseo, una esperanza por algo que sueñan con materializar, estimulada desde los diarios y la televisión. Los seguidores fantasean con ver a los malvados K presos, exiliados, padeciendo el escarnio público. Ilusiones y fantasías los lleva a leer equivocadamente la realidad.
Mrassa fue mimado por el establishment, disfrutó las mieles de las entrevistas, lo hicieron creer que sería un verdadero estadista. Cuando no midió en las encuestas y no aceptó ser segundo de Macri, terminó su corta aventura; los laderos escaparon en busca de reparo sin sonrojarse siquiera.
Otro tanto pasó con los radicales; fueron acariciados pero a condición que arríen las banderas y se pongan a disposición del macrismo; los invitan a salir por TN cuando no hay un macrista a mano, con eso son felices, tienen la esperanza de no desaparecer del todo.
Macri es el elegido. Pasea a voluntad por el multimedios, lo adulan, lo tratan como a un consultor autorizado, aplauden el subtrenmetrocleta y los enrejados de las plazas. El se dedica a repetir patológicamente que es el "cambio".
Realidad fantaseada, esperanza, ilusión, poder, deseo. Todo este coctel es explotado y estimulado desde un monopolio que oficia de vocero de grandes capitales especulativos, usa su enorme poder para manipular mentes, someter políticos y confundir al pueblo.
Lamentablemente el resultado ya lo vivimos y lo esta viviendo Grecia. La frustración puede ser una nueva bomba de tiempo como en el 2001, cuando la explosión eyecto un presidente por los aires en helicóptero dejando treinta muertos en la Plaza de Mayo.
Los militantes del campo nacional y popular ya sabemos de estas cosas. Unidos o Dominados, ese es el camino que nos conducirá a la victoria. La única verdad es la realidad.